23/3/16

PRESENTACIÓN - Chantal López y Omar Cortés

La Escuela de Yásnaia Poliana



En su finca de Yasnaia Poliana, cuyo significado es calvero luminoso, Lev Nicolaievich Tolstoi, emprende en 1859 la aventura de crear una escuela, respondiendo a su convicción de que el saber vuelve más libres a los hombres. Originalmente la pensaba para todo aquel que quisiera aprender sin distinción de sexo, clase social o edad; pero la realidad acaba siempre por imponerse y finalmente estudiaron ahí aquellos cuyas circunstancias personales lo permitieron.

Este libro que agregamos a nuestros anaqueles virtuales, constituye un testimonio sincero, entregado con humildad, sobre las dificultades a las que se enfrenta el maestro para alfabetizar, transmitir conocimientos y desarrollar interés hacia las artes. Con extraordinaria sinceridad reconoce cuando sus métodos no funcionan -detalle que nuestros educadores actuales deberían de tomar en cuenta y asumir- llegando a la conclusión de que no hay método particular que sirva, que el maestro tiene que adaptarse al educando y al momento.

Para Tolstoi, basar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el niño, es la condición sine qua non para lograr un mínimo de resultados. Por lo tanto, esta experiencia viene a sumarse a las numerosas propuestas que se han llevado a cabo en distintos países en la búsqueda de un sistema educativo alternativo frente al que predomina en un lugar y en un momento dado, y se opone al desarrollo pleno del individuo.

Es claro que cuando funda la escuela, su pensamiento deísta lo llevó a considerar la Biblia como libro base de la enseñanza, lo que hará a más de uno de nuestros lectores fruncir el ceño. A pesar de ello, estamos convencidos de que las iniciativas educativas independientes, motivadas por el único interés de mejorar la sociedad en su conjunto, con sus aciertos y sus errores, representan una fuente riquísima para encontrar inspiración y retroalimentación en la búsqueda de vías educativas favorables al desarrollo de individuos socialmente maduros.

Cabe mencionar que la existencia misma de la escuela provocó una inquietud tal, y un malestar tan grande en las esferas de poder de la Rusia Zarista, que Tolstoi tuvo que cerrarla hostigado por sucesivas visitas policíacas.

Ojala y nuestros lectores-educadores, sepan sacar enseñanzas de la escuela de Yasnaia Polaina y puedan reinventar métodos para ayudar a la formación de individuos integros.

FUENTE: ANTORCHA



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