La Escuela de Yásnaia Poliana
En su finca de Yasnaia Poliana, cuyo significado es calvero luminoso, Lev Nicolaievich Tolstoi, emprende en 1859 la aventura de crear una escuela, respondiendo a su convicción de que el saber vuelve más libres a los hombres. Originalmente la pensaba para todo aquel que quisiera aprender sin distinción de sexo, clase social o edad; pero la realidad acaba siempre por imponerse y finalmente estudiaron ahí aquellos cuyas circunstancias personales lo permitieron.
Este libro que agregamos a nuestros anaqueles virtuales, constituye un testimonio sincero, entregado con humildad, sobre las dificultades a las que se enfrenta el maestro para alfabetizar, transmitir conocimientos y desarrollar interés hacia las artes. Con extraordinaria sinceridad reconoce cuando sus métodos no funcionan -detalle que nuestros educadores actuales deberían de tomar en cuenta y asumir- llegando a la conclusión de que no hay método particular que sirva, que el maestro tiene que adaptarse al educando y al momento.
Para Tolstoi, basar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el niño, es la condición sine qua non para lograr un mínimo de resultados. Por lo tanto, esta experiencia viene a sumarse a las numerosas propuestas que se han llevado a cabo en distintos países en la búsqueda de un sistema educativo alternativo frente al que predomina en un lugar y en un momento dado, y se opone al desarrollo pleno del individuo.
Es claro que cuando funda la escuela, su pensamiento deísta lo llevó a considerar la Biblia como libro base de la enseñanza, lo que hará a más de uno de nuestros lectores fruncir el ceño. A pesar de ello, estamos convencidos de que las iniciativas educativas independientes, motivadas por el único interés de mejorar la sociedad en su conjunto, con sus aciertos y sus errores, representan una fuente riquísima para encontrar inspiración y retroalimentación en la búsqueda de vías educativas favorables al desarrollo de individuos socialmente maduros.
Cabe mencionar que la existencia misma de la escuela provocó una inquietud tal, y un malestar tan grande en las esferas de poder de la Rusia Zarista, que Tolstoi tuvo que cerrarla hostigado por sucesivas visitas policíacas.
Ojala y nuestros lectores-educadores, sepan sacar enseñanzas de la escuela de Yasnaia Polaina y puedan reinventar métodos para ayudar a la formación de individuos integros.
FUENTE: ANTORCHA
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